¿Por qué se regalan monedas?

(Monedas coleccionables)

Existe una tradición, consistente en regalar una especie de moneda o pequeño medallón a los compañeros o que hayan demostrado algún mérito para merecerlo como símbolo de amistad, compañerismo y camaradería. También es costumbre intercambiarlas o regalarlas durante una visita, ya sea personal o institucional cuando hay aprecio y respeto. Dicha moneda o medallón se conoce como “Challenge Coin” (Moneda de desafio).

Existen muchas versiones sobre su origen, existiendo muchos antecedentes al respecto, sin embargo, una de las explicaciones más aceptadas se remonta a los Estados Unidos, justo antes de su entrada en la I Guerra Mundial. Aquí empiezan a crearse las primeras unidades de aviación de combate al estilo de las que luchaban en Europa. Muchos de sus miembros eran estudiantes universitarios de clase alta que interrumpían sus carreras para alistarse en previsión de su participación en la Gran Guerra. Para crear apego a la unidad, compañerismo y camaradería, muchos de ellos encargaron a orfebres y artesanos del metal que les fabricaran pequeñas partidas de monedas de bronce sólido con los logotipos de sus unidades de aviación y con ellas viajaron hasta los campos de batalla europeos.                                                                                                               

Precisamente en un “dogfight” (combate aéreo) un piloto estadounidense fue derribado tras las líneas enemigas. Tras ser hecho prisionero por los alemanes, estos le despojaron de sus chapas (insignias) de identificación militar para evitar que el piloto americano se escapara, ya que si lo intentaba y lo volvían a capturar sin su identificación, podía ser ejecutado por ser considerado como un espía en vez de combatiente legítimo. No obstante la obligación de un prisionero de guerra es intentar escapar para volver a su unidad, y eso fue lo que hizo nuestro piloto en cuanto tuvo la ocasión, llegando hasta las líneas francesas. Aquí los franceses lo detuvieron y al no llevar su identificación militar ni entenderle por hablar en otro idioma le consideraron como si fuera un espía y se prepararon para fusilarlo.

Por suerte el piloto de esta historia, llevaba consigo su Challenge Coin oculta en una bolsita de cuero que no le quitaron los alemanes y se la mostró a sus captores franceses. Uno de ellos reconoció el logo de la unidad militar estadounidense y logró que se pospusiera la ejecución hasta que se comprobara la identidad del piloto, pudiendo así salvar la vida y reintegrarse en su unidad.

De esta forma fue como desde entonces se animó a los militares estadounidenses a llevar su Challenge Coin siempre encima, creándose un desafío para alentarlo, consistente en que si en una reunión un miembro de la unidad no llevaba su Challenge Coin encima cuando así se requiriese, debería invitar a todos los compañeros que si la llevasen encima en ese momento.

 

El requerimiento o desafío comienza cuando se golpea una Challenge Coin sobre una barra (del bar) y entonces todos deberán sacar las suyas, aprovechando el momento para brindar por los compañeros caídos en señal de recuerdo y respeto.

Esta práctica de la Challenge Coin ha ido traspasando fronteras poco a poco hasta otros países de la órbita americana, la cual, según la tradición, debe ser obsequiada o recibida, mediante un apretón de manos, de manera discreta, pero con firmeza.

Por tanto, el estar en posesión de una Challenge Coin de cualquier Fuerza Armada del mundo o de alguna otra unidad de nuestro propio país, se considera como un honor por simbolizar una señal de amistad, de aprecio y de camaradería, por lo que nunca jamás se puede perder o vender, ya que ofendería gravemente a quien la ha entregado y supondría una falta de respeto hacia sus camaradas, amigos y compañeros. Lógicamente tampoco se debe modificar o alterar (por ejemplo para hacerla un llavero o un colgante) ya que perdería su valor y su significado. Además, nunca se sabe si nos puede salvar la vida, como le ocurrió a aquel piloto estadounidense derribado tras las líneas enemigas durante la I Guerra Mundial.

Cabe citar que esta práctica, actualmente, ya no es exclusiva de las organizaciones militares, siendo un gesto que muchas corporaciones policiales, de emergencias e, incluso, empresas diversas que buscan fortalecer el sentido de pertenencia y unidad entre sus integrantes, han adoptado, siendo, en esencia, un símbolo de aprecio, amistad, reconocimiento y deseo de buena fortuna.